16/1/11

Dystopian Wars

¡Oh, Dios mío!

La empresa británica, Spartan Games, ha anunciado la publicación de un juego de miniaturas de temática victoriana steampunk.

Imagina un mundo similar al nuestro, pero con sutiles diferencias. Ahora imagínate que estás en el año 1870 y la Revolución Industrial se produjo décadas antes que en nuestro propio mundo. La tecnología es muy avanzada, y en muchos casos, irreconocible, lo que ha llevado al desarrollo de navíos de guerra increíbles, descomunales tanques y al terror aéreo en forma de dirigibles y globos militares.

El juego Dystopian Wars se desarrolla en un mundo victoriano-steampunk para el que diseñamos unas reglas que garantizan un juego divertido con una amplia selección de modelos de alta calidad y que puede jugarse en un par de horas. Las reglas incluyen la posibilidad de jugar con miniaturas aéreas, navales y terrestres desde el comienzo de manera que puedes preparar una batalla en cualquier situación de combate. Dystopian Wars presenta miniaturas de resina y peltre de gran detalle con las que podrás vagar por alta mar, rastrear los cielos en busca de navíos enemigos o defender tenazmente los campos y ciudades de tu país utilizando gigantescos buques terrestres.

Nuestras reglas de juego rápido están pensadas para realizar acciones con grandes flotas, de manera que puedas jugar con cuantas miniaturas desees sobre la mesa y aún así disfrutar del juego en una tarde o noche. Dystopian Wars también es ideal para varios jugadores ya que puedes activar escuadrones individuales de miniaturas alternando el turno entre todos los jugadores. Además, las reglas permiten el uso de un mazo de 52 cartas que añaden una emocionante Niebla de Guerra.

Bajo el mando de una de las grandes potencias imperialistas de Dystopian Wars, podrás optar por defender tus territorios de las incursiones extranjeras o puedes conquistar el mundo. La elección es tuya...



Visto en: Oca Juegos

PD: Arf, arf, arf....

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Woooooooooooooo! +20!!!

Oca dijo...

No creo que al final me lo pille, pero joder... ¡como mola!